Muchas veces tengo la sensación de que no me voy, siempre estoy en casa..., allí donde estoy está mi casa. No importa donde vacacione, el camino de vuelta es siempre el mismo...
Pensaba en el "volver a la rutina".
Qué mala prensa tiene la rutina!
Busqué la definición en el diccionario: Costumbre inveterada, hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas.
Si observamos cómo se conduce nuestro cuerpo en forma natural sin utilizar nuestra mente podremos comprobar que desde que nacemos puede realizar todas sus funciones de la misma manera y de la mejor forma, como una máquina.
Sólo modifica alguna de sus funciones cuando nuestra mente se aburre de la dieta saludable y entonces pagamos las consecuencias debido a trastornos funcionales.
Nuestro cuerpo es rutinario, es más, adora la rutina de los hábitos que le permiten funcionar bien.
Los niños aman la rutina, principalmente los más pequeños que aún no han creado condicionamientos mundanos. Sufren cuando no se respetan sus horarios y también cuando no están en su propia casa o con extraños.
Los adultos también sufren con los cambios que tanto desean. Cada vez que salen de vacaciones sufren desarreglos intestinales que la mayoría atribuye al agua, al aire, las comidas afuera o al sol, pero lo que sucede es que el cuerpo siente que se ha cambiado una rutina a la cual estaba acostumbrado para realizar sus funciones normalmente.
En mi experiencia personal y con pacientes, he comprobado que lo que más extrañan las personas que han perdido un ser amado son las rutinas. Ninguna de ellas se acuerda de los viajes que hicieron ni de todas las salidas y diversiones que compartieron; sino de la hora del desayuno, la del almuerzo o la cena en casa; y entrar a sus casas donde vivieron tantos años sabiendo que esa persona desaparecida no va a volver suele ser la experiencia más devastadora.
Esta reflexión sobre la rutina nos enseña que no es necesario pretender desterrarla totalmente de nuestras vidas, sino que como todo, requiere que seamos selectivos y utilicemos los automatismos para lo estrictamente necesario tratando de prestar atención, para no vivir todas nuestras experiencias funcionando con el piloto automático.
Cuando la rutina agobia, es la señal de la conciencia que indica, que hay que empezar a ser más creativo también con lo cotidiano.
Ser creativo para incorporar algo nuevo a "la rutina".
Si bien es verdad que lo "rutinario", lo repetimos casi sin darnos cuenta, tambien es verdad que cuando "sin darnos cuenta" alteramos algo de la "rutina" inmediatamente hacemos conciente lo que estabamos haciendo, por lo tanto, estábamos inconscientes cuando lo haciamos?
Creo que no, que tiene que ver con la necesidad de incorporar nuevos conceptos, de "crecer", para ello es necesario "barrer" viejos contenidos.
Solo podemos "sacar" aquello que está "adentro", es decir, primero debemos incorporar y hacer "propio", para luego soltar. Es por ésto que necesitamos la rutina, es por ésto que los niños repiten incansablemente lo recientemente conocido y/o adquirido, más aún si es placentero.
Nos diferenciamos en ésto los adultos?.
Amo mis rutinas, amo cada instante de mi vida, repetido o nó.
QUE BUENO ESTAR EN CASA!
Querida Mirta,
ResponderBorrarNo se notaba que no estuvieras en casa.
De todas formas has vuelto muy inspirada, está muy bien esta entrada de la rutina.
Un abrazo
Gracias Pilar por el comentario.
ResponderBorrarMientras estaba de vacaciones muchos post estaban programados, otros surgieron solos...
Un fuerte abrazo de luz, Mirta
Bienvenida Mir y qué bello post acerca de aquello que nos conforma en nuestro ser ,las rutinas. La extraña paradoja entre lo conocido y lo que está por hacerse... bellos desafíos de todos los días
ResponderBorrarabrazos inpirados
adri
Me encanta el comentario de Adriana Paoletta.
ResponderBorrarLa rutina facilita el camino de ida, el camino para cumplir nuestra misión, para aprender.Es la habilidad debida a la costumbre. Podemos caminar de manera automática. pero el lugar hacia el que voy lo elijo; me equivoco, tomo conciencia e intento aprender.No me puedo hacer más la distraída. Tal vez la mala prensa de la rutina pase por creer que no podemos cambiar ni somos los responsables de lo que nos pasa.Tomo tus palabras. Amo mis rutinas, amo cada instante de mi vida.. Qué bueno es estar en casa. Mirta, gracias. Tan bello y sencillo. Un abrazo muy fuerte, Susana.
Gracias Su.
ResponderBorrarYa pronto retomamos nuestra rutina de los encuentros.
Un abrazote, Mirta