Nada es casual... cada vez más de lo mismo.
Somos un Todo. Somos Uno.
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Martin Brofman
El “Método Cuerpo-Espejo”, que describe en sus libros “Todo se puede curar” y “Mejora tu Visión”, parte de la base de que lo sutil y energético se manifiestan en el cuerpo en forma de síntomas, que a su vez pueden llegar a desarrollar enfermedades, y trata de identificar y cuantificar esas tensiones y crear las condiciones favorables armonizando la energía de los chakras.
Son muchísimos los autores, terapeutas y médicos que actualmente difunden la nueva medicina holística o vibracional. Ya hemos hablado de Amit Goswani, Biven Mamonta, Lola Feliu y Mª Angels Mestre que sanaron de fibromialgia, del documental “La matriz de la vida” … y todos ellos nos recuerdan que somos mucho más que materia y huesos, que las emociones influyen, que hay que responsabilizarse de la propia salud -de mantenerla y recuperarla-, y que las enfermedades son portadoras de mensajes y enseñanzas.
Martín Brofman estará en Sitges (Barcelona) del 8 12 de Junio 2011 (info), podemos leer sobre su trabajo en la Fundación Brofman y aquí adjuntamos la entrevista, que con cauto escepticismo, le realizaron en La Contra de La Vanguardia en febrero del 2005 (pdf):
PRESENTACIÓN
M I L A G R O
Una cicatriz escalofriante recorre su nuca: por ahí le abrieron músculos y vértebras. A lo suyo lo llamamos milagro y lo dejamos correr, pero yo lo traigo aquí como testimonio de un caso. Hay tantas historias como vidas, y yo prefiero escucharlas hasta el final a escandalizarme en la primera frase y sentenciar: “No puede ser”. Prefiero desterrar de mi mente el sintagma “no puede ser” si el cuento es bonito, vivifica y estimula, y en éste presencio la serena alegría y la felicidad de alguien que tuvo la muerte encima. Lo explica en Todo se puede curar (Sirio), libro de provocador título que él justifica con pasión. Brofman me regala un consejo: “Durante un ratito cada día, focalice su atención en su respiración: obsérvela, relájese”. Me despide con un abrazo muy cálido.
ENTREVISTA
Tengo 63 años y cada día me siento mejor. Hace 29 años tuve un cáncer de médula y me dieron un mes de vida… Nací en un barrio de Nueva York y vivo en Copenhague. Estoy casado por segunda vez y tengo dos hijos treintañeros y uno pequeño. Soy apolítico. Dios está dentro de cada uno de nosotros: somos dios con diferentes trajes
¿Qué es eso del cuerpo-espejo?
El cuerpo es un mapa del alma, es un espejo de la conciencia del individuo.
Afirmación tan poética como gratuita…
No. La ciencia comienza a avanzar por ahí, y ya está atreviéndose a preguntarse: “¿Hasta qué punto las dolencias físicas no expresan nudos psíquicos? ¿Podría la mente, la psique, llegar a sanar el cuerpo?”
¿Podría?
Yo respondo que sí.
¿En qué se basa?
En mi experiencia propia.
¿Qué le pasó?
¿Ve esta cicatriz en mi nuca?
Buf…
En 1975 me diagnosticaron un tumor en la médula espinal, en la zona cervical. Tras operarme, me desahuciaron: un mes de vida.
Es obvio que su médico se equivocó, ¿no?
Al verme vivo y sin tumor, él pensó que había errado el diagnóstico. Pero no: el tumor había estado allí… ¡y ya no estaba!
Cuesta creerle, señor Brofman.
Lo sé. Mi médico dejó de escucharme cuando intenté explicarle lo sucedido…
Yo sí querría escucharle.
Utilicé una tecnología diferente a la de mi médico: tecnología de la consciencia.
¿Cómo dice?
Sí: son prácticas accesibles, planteadas ya por tradiciones orientales y por parte de la psicología occidental.
¿Es usted orientalista o psicólogo?
De niño yo vivía en un barrio pobre del este de Manhattan, pero logré empezar estudios de psicología en la universidad. Me apasionaban…, pero no pude seguir: tuve que abandonarlos para ponerme a trabajar. Lo hice en Wall Street, en sistemas informáticos de entidades financieras.
Un trabajo interesante…
Yo lo odiaba. Y a los 34 años, enfermé. Es una edad de inflexión: uno ahí hace balance sobre si está viviendo de verdad o no.
¿Vio la enfermedad como un aviso?
De eso me he dado cuenta después, sí.
¿Qué síntomas tuvo?
El brazo derecho se me paralizaba, tenía las piernas espásticas y me caía, no podía alzar la cabeza por dolor en la nuca: era un tumor que, al crecer, comprimía mi médula espinal a la altura de las cervicales.
Y lo enviaron al quirófano.
No había alternativa, me dijeron. Acepté, aunque me advirtieron de que, si sobrevivía, era probable que quedara tetrapléjico.
¿Cómo se asume algo así?
Primero te niegas a admitir que te suceda eso a ti… Luego lo asumí emocionalmente…, y entonces alguna energía se movió en mí.
¿Qué sintió?
La mente tranquila y los sentidos más vivos y agudos que nunca: oía más claro los sonidos, veía los colores más brillantes…
¿Cómo se explica eso?
Creo que al abandonar el miedo a morir fue como si desapareciesen unos filtros que me habían envuelto hasta aquel momento.
¿Le daba igual morir?
Mire, iba hacia una operación a vida o muerte, y sentí que si esos días previos a la operación decidía sentirme mal, ¡malgastaba el resto de mi vida!
Literalmente, claro.
Sí. Y empecé a apreciar cada detalle, la belleza de cada cosa, de cada forma, el color de esta alfombra, de aquella baldosa…
¿Cómo fue la operación quirúrgica?
No pudieron llegar al tumor, demasiado incrustado en la médula. No se podía aplicar quimioterapia ni radioterapia.Yquedé paralizado de cintura para abajo y con un horrible dolor en cada milímetro de mi cuerpo.
¿Qué le dijo el médico?
Que viviría de uno a dos meses, que podía morir en cualquier momento, al día siguiente,
al minuto siguiente…
…
Sentí que cada paso que daba podía ser el último. Levantaba mi pie para dar cada paso… con plena conciencia de que podía morir antes de posarlo de nuevo en el suelo…
Qué sensación tremenda…
Pues me sentí más en el presente que nunca antes en mi vida. Vivía cada segundo. Toda mi atención era para el instante presente.
Pero el dolor…
Era brutal y constante. “¡Ojalá un día pueda pasar diez minutos sin pensar en este dolor!”, me decía.Y a esta idea le siguió otra: “¡Es el cuerpo el que tiene dolor, no yo!”.
¿Le sirvió ese desdoblamiento?
Fue un descubrimiento: sentí por primera vez que yo soy mi conciencia, no mi cuerpo. Y me concentré en una serie de prácticas perceptivas, mentales, de meditación… para profundizar en mi conciencia.Y así fui disolviendo tensiones que ahí tenía anudadas…
¿Cuánto tiempo duró este proceso?
Ocho meses después… ¡yo seguía vivo!, y un año después desaparecía el dolor.
Un milagro.
Milagro es un término rancio… Diría que toda sanación exige una transformación en la conciencia: el cuerpo refleja la psique.
Según eso, todo podría curarse…
La medicina está descubriendo que no basta actuar en el plano de lo físico, que es crucial lo que sucede en la conciencia: ¡allí están las tensiones que afloran en el cuerpo!
Entiende que sea difícil aceptar esto, ¿no?
Ya, y por lo mismo solemos pensar: “Si hago lo que realmente deseo, algo malo pasará”. Pues muy mal. Haz lo que de veras quieras hacer…, ¡y algo maravilloso sucederá!
¿Y si ni sé lo que de veras quiero, qué?
Ah, pues explore su conciencia mientras pueda. ¡Ahora! O morirá sin saber por qué.
Sitio oficial: Fundación Brofman
Info sobre la visita de Brofman a España en junio 2011
PDF entrevista de La Contra
Venta online libros de Brofman
Mirta, qué sábado de regalos maravillosos.
ResponderBorrarMe ofrezco para compartir que la "enfermedad crónica no exite" Lo que tal vez sea más persistente, es la dificultad en darnos cuenta que el cuerpo es reflejo del alma.El cuerpo es espejo; el mío se ocupa de reflejar mi alma y en acompañarme así, a tomar conciencia cada vez que lo necesito.Una psoriasis y una artritis reumatoidea, son dos etiqueta que se borraron. Hay otras con las que estoy trabajando, quedan "piedras a correr y transformar" en el camino. Se me ocurre que el cambio de energías en nuestro Planeta,ayuda,entre otros,a los médicos a cambiar. Hasta ahora, en muchos,su misión era un "casamiento" con los remedios. Tapar un síntoma no es ni curar ni sanar. Somos enfermos, en algunas circunstancias,no hay enfermedades nunca.
Les cuento, Mirta Pagola es mi terapeuta, mi maestra, quien me acompaña.
Gracias Mi!!!Abrazote,Susana
Me extendí....
Querida amiga, ojala existiesen más maestros dispuestos a guiarnos, a enseñarnos como abrir de par en par nuestros corazones para dejar ver todo el poder que llevamos dentro y que nos empeñamos en esconder...Siento como ya hemos comentado otras veces que estamos en el camino, es cierto, pero otras muchas me da pena ver la ceguera colectiva en la que nos vemos inmersos. Sueño con el día en que todo nuestro potencial sea por fin desvelado.
ResponderBorrarUn abrazo inmenso querida Mirta. Y mil gracias por mostrarnos esos resquicios de LUZ.
Qué bueno Su. Que lindo es recibir regalos!
ResponderBorrarGracias Susana por compartir este hermoso testimonio respecto de la "enfermedad". Gracias tambien por compartir el camino.
Somos reflejo y reflejamos...
Abrazote de luz, Mirta
Gracias a vos Lola. Siento que cada vez somos mas, y esa ceguera de la que hablas y acuerdo, tambien es "nuestra responsabilidad", ayudemonos a despertar, así tenemos los "ojos bien abiertos" (los del alma).
Abrazo de luz muy fuerte querida amiga. Mirta
Qué interesante, Mirta, yo creo mucho en eso de que nuestro cuerpo es el reflejo de nuestra alma, cuando algo no funciona en él, algo nos está pasando por dentro que debemos descubrir.. gracias por compartir todo esto, me entran ganas de conocer a este Sr. que parece que tanto debemos aprender de él y su manera de sanarse a él mismo y luego compartirlo con el mundo... Un abrazo!
ResponderBorrarSi Gemma, me pasa lo mismo, por eso lo posteo, porque creo firmemente en lo que postula y en su testimonio.
ResponderBorrarSigamos haciendolo circular.
Abrazo de luz, Mirta